EL CICLO DE LA ESPERA (INCONCLUSO)

R recibió una carta. Solo una frase: Aquí espero. No supo quién era ni dónde lo esperaba; tomó su brújula y salió al exterior. ese exterior cuya fauce lo invitaba a ser devorado... y vaya que la tentación era grande. No le tuvo miedo a las fauces del exterior, hacía años que había dejado de temer gracias a... bueno... gracias a alguien. El tema es que ya no temía desde hacía años pero fingía seguir con miedo. porque un ser humano sin miedo, es peligroso y objeto de miradas; y una mirada (al mejor estilo sartreano) es mucho peor que el disparo de un obús; por eso fingía. Pero debería tener mucho cuidado de él mismo. porque fingir tener miedo para defenderse de los que temen a quienes no tienen miedo, podría, verdaderamente, convertirlo en alguien con miedo. R continuó su viaje. volvió a leer esa carta, esas dos palabras: "aquí espero". No sabía quien le había escrito esa carta pero R se apiadó de quien fuera que lo estaba esperando. Porque no hay nada más tortuoso en este mundo, que la propia espera; y no existe nada más infernal que aquello (sea cosa o persona) que domina el tiempo para hacerte esperar.
R se dio cuenta que dominaba ese tiempo y dejó de apresurarse, comenzó a caminar muy despacio. El tiempo estaba de su lado; aquella persona que lo esperaba se consumiría en la eternidad fatua de la espera.

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